martes, 20 de abril de 2010

Audiencia 5

CASO LA BOLITA: Audiencia 5

Tres policías retirados y un militante de la Juventud Peronista de la localidad de Montes declararon ayer en la quinta audiencia del juicio al general retirado Pedro Pablo Mansilla (77) y al coronel Alejandro Duret (56) por la desaparición, la aplicación de tormentos y el homicidio del militante peronista Carlos Alberto Labolita desaparecido el 25 de abril de 1976 en Las Flores.
El policía Jorge Mario Sanguín tenía 21 años cuando la madrugada del 24 de marzo de 1976 un grupo de militares tomó la comisaría de Las Flores, a pocas horas de perpetrado el golpe cívico militar. Ayer frente al tribunal oral federal conformado por los jueces Alejandro Esmoris, Carlos Rozansky y Nelson Jarazo aseguró que Mansilla daba las órdenes en la comisaría y que Duret comandaba los grupos de tareas que operaban en Las Flores y en la zona.

Sanguín, hoy policía retirado de 55 años, narró que la madrugada del 24 de marzo de 1976, Alejandro Duret fue uno de los oficiales que tomó el control de la comisaría. Aseguró que los militares venían con una arrogancia muy grande y se llevaban por delante a los policías más jóvenes que no tenían jerarquía.


A partir del golpe de Estado, la comisaría sufrió algunas transformaciones. Según el testigo, el sector de los calabozos pasó a ser un área restringida a la que sólo tenían acceso los militares o los policías de mayor rango y las órdenes las daba el comisario Anibal Lista, que a su vez las recibía de Mansilla, jefe de la zona militar 125. "A nosotros nos decían cumplan esta orden porque el teniente coronel las pide", relató.

Sanguín nunca supo que pasaba en ese lugar pero re
lató que veía entrar militares y detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). También recordó que una vez pudo entrar al sector de presos y vio a Carlos Labolita padre y a los dos gremialistas de Luz y Fuerza, Viegas y Amicone. Pero aseguró que si bien sabía que Carlos Labolita hijo estaba detenido en los calabozos, nunca pudo verlo.

Por comentarios, de otro policía que, comandó el tras
lado de un grupo de presos a Azul, Sanguín supo que Labolita hijo fue llevado al regimiento 1 de Azul donde fue recibido por el teniente Alejandro Duret y que cuando le pidieron un recibo de entrega del preso, Duret dijo, "no, recibos acá no".

Por otro lado, comentó que los grupos de tareas compuestos por 12 ó 15 militares se encargaban de hacer los operativos y "la inteligencia" sobre algunas personas. También recordó que cuando esos grupos llegaban a la comisaría, los policías sentían temor porque muchas veces tenían que colaborar con ellos y si se negaban eran tildados de traidores y sufrían algunos castigos como traslados a otras dependencias o sumarios. Los integrantes de los grupos de tareas no llevaban su rango a la vista y se movilizaban en autos de civil. Consultado por sí sabía quién o quienes eran los responsables de esos grupos, Sanguín contestó: "Duret comandaba los grupos de tareas".

Un gran olvido


Jorge Mario Sanguín, aseguró durante todo su relato que no había visto nunca a Carlos Labolita hijo, detenido. Solo comentó que sabía –por comentarios- que estaba en los calabozos de la comisaría. Pero su declaración realizada el 19 de marzo de 1984 en el juzgado federal de Azul contradice sus dichos. Según aquel testimonio, la tarde del 25 de abril el inspector Jorge Oscar Pastorini llamó por teléfono en presencia de Sanguin, al coronel Mansilla para preguntarle si todavía le interesaba la detención de Labolita hijo y que sabía donde se encontraba. El oficial colgó el teléfono y le ordenó a Sanguín que lo acompañara a la casa de la familia Labolita para detener a Carlos Alberto, orden que el joven policía cumplió. Además dijo que Labolita fue ingresado esa noche a la comisaría como detenido a disposición del área militar 125.

Ayer, frente al tribunal oral y 24 años después de aquel testimonio, Sanguín no sólo negó haber dicho eso sino que negó haber declarado ante la justicia. "Yo no fui a detener a Carlos Labolita. Me resulta irrisorio que yo haya declarado que
fui a detenerlo", aseguró el ex policía, tal vez aconsejado por un abogado.

La madrugada del traslado

Dos policías que declararon ayer en el juicio por el secuestro y homicidio Carlos Labolita aseguraron que trasladaron a la víctima, en calidad de detenido, al Regimiento de Azul, donde prestaban servicio los militares represores que son juzgados por este hecho: el general retirado Pedro Mansilla y el coronel Alejandro Duret.
Uno de esos policías, Juan Carlos Blanco, de 62 años, integró el grupo que trasladó a Carlos Labolita desde la comisaría de Las Flores al área de Inteligencia del Regimiento de Azul, donde era jefe Mansilla.


Blanco declaró que Labolita fue trasladado junto a dos sindicalistas también detenidos ilegalmente, aunque a estos dos últimos los llevaron directamente al Penal de Azul, luego de dejar en el Regimiento a Labolita. También recordó que surante el viaje de Las Flores a Azul un auto los siguió todo el camino. Incluso cuando pararon para que los preso pudieran hacer pis y fumar un cigarrillo el auto también se detuvo.

A cargo del operativo de traslado estuvo el entonces oficial subinspector Pedro Jorge Cinalli, quien cumplía funciones administrativas en la comisaría de las Flores, donde estuvo alojado Labolita entre el 25 y el 27 de abril.


Cinalli declaró que el entonces comisario de Las Flores, de apellido Lista y ya fallecido, le dio "verbalmente" la orden de traslado de Labolita y los sindicalistas detenidos, precisándole que tenía que dejar al primero en el área de Inteligencia del Regimiento y a los otros en el Penal.
Cinalli dijo que Labolita fue recibido por dos oficiales que inmediatamente lo encapucharon, y que no le dieron ningún recibo ni documento que acreditara la recepción del detenido.

Si bien en su declaración realizada el 14 de agosto de 1984 en el juzgado federal de Azul, Cinalli dijo que en la guardia del regimiento de Azul, Labolita fue recibido por el teniente Duret, ayer dijo no recordar a que persona le entregó la custodia del preso.

"Me preguntaban por Carlitos"


El último testigo de la quinta audiencia del juicio por el secuestro, las torturas y la desaparición de Carlos Labolita fue ex militante de la Juventud Peronista de Montes, localidad que también quedó bajo el área operativa de Azul, Roberto Pedro Montenegro, quien fue detenido y torturado en agosto 1976.


Un grupo de cinco personas ingresó a la casa de Montenegro el 22de agosto. A punta de escopeta, lo esposaron, lo encapucharon y se lo llevaron el un Ford falcon rojo. El ex militante peronista cree que pasó por la comisaría de Montes y que después fue llevado a la unidad regional de la policía de la Provincia de Buenos Aires en Azul.

Montenegro manifestó que conocía a Labolita y que en las sesiones de tortura de todo tipo a las que fue sometido, le preguntaban insistentemente por la presunta participación de "Carlitos" en atentados o hechos delictivos. En uno de los interrogatorios le preguntaron si habían participado del secuestro del alemán –un empresario de Montes que tenía mucho dinero que nunca sufrió secuestro alguno.

Montenegro sufrió arduas sesiones de picana eléctrica, "submarino seco" y golpes en todo el cuerpo. Después de cinco días fue liberado en Las afueras de Las Flores. Nunca supo quien fue su interrogador, lo único que recuerda es que tenía un lunar o verruga en la mejilla izquierda.

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